Recuerdos de un personaje inolvidable conocido en encuentros amistosos en congresos y coloquios en Espana y en su sede de Las Palmas; su nombre sera siempre asociado con el de Benito Perez Galdos.

Yolanda, mi querida amiga del alma,
Llevo prendida en el alma tu amistad desde que nos conocimos cuando fui profesora de tus hijos, luego compañeras en la Casa de Don Benito y en el Cabildo y ya formando parte de nuestra "pandilla" de mujeres alegres, divertidas, responsables y con un cierto grado de locura con nuestras anécdotas de todo tipo. Todas te recordamos cada vez que nos reunimos. Nunca te podremos olvidar y Gran Canaria estará siempre agradecida a tu labor académica y por haber dado a conocer y amar a nuestro egregio escritor.

Es difícil reconfortar con palabras, máxime cuando el lenguaje era su herramienta de vida, una extraordinaria mujer. Nos deja un extenso legado y ahí reside su recuerdo. Docente, investigadora, divulgadora incansable, cercana, la echaremos de menos y cada vez que se nombre a Pérez Galdós, ella vendrá a nuestra mente. Un fuerte abrazo para la familia.

Querida Yolanda
Siempre admiré tu obra y tú saber.
Nunca te olvidaré.
Gracias por tus enseñanzas
Te quiero mucho
Rafaelin

Qué partida tan difícil de asimilar. Cuesta imaginar el galdosismo sin su presencia, la verdad. Su capacidad de trabajo incansable la convirtieron en referente para muchas generaciones. No conozco a nadie que con tanto empeño, cariño y respeto haya sido capaz de movilizar y reivindicar la recepción de un autor como Galdós, complejo y desmesurado. Será tarea nuestra seguir leyéndola para mantener viva su memoria. Un abrazo a Luis y a toda la familia.

Querida Yolanda:
Tu voz y tu energía resuenan en las aulas que frecuentaste, las lecturas que propusiste y las que transmitiste. Este lugar está hecho de memoria, y tú la has nutrido y la nutres cada día. Nos quedan tu palabra y tu sabiduría.

Querida Yolanda: has sido una gran amiga para mí y una gran valedora de nuestro apreciado don Benito. Ambas cuestiones han formado parte de nuestras vidas, y presumo de ellas.
Gracias, y todo mi cariño para ti. Hasta siempre.
20-05-2025

Mucha pena es la que siento. Una pena infinita. Pena de amigo, pena de compañero, pena de rector, pena de lector, pena absoluta.

Yolanda era catedrática emérita de Literatura Española y titular de la cátedra Benito Pérez Galdós de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). Asimismo, fue la primera decana de la Facultad de Filología y Consejera de Educación del Cabildo de Gran Canaria entre 1999 y 2002. También fue la primera mujer Catedrática en el ámbito de la Filología en la ULPGC. Tenemos muchos amigos en común y nos queremos tanto…

Me acuerdo siempre de ella, y de su marido Daniel, hijos, hija, cuñad@s, nietos… Es muy difícil acostumbrarse a su ausencia: me parece imposible no verla en actos y encuentros, no enviarnos whatsapps a través del grupo de amigos Cuchipanda que tanto nos unía. En las últimas elecciones a rector, muy activa y positiva siempre, me escribió: “Para esas barricadas, cuenten conmigo!!!!”. Y yo me reía.

En ese momento, con ese dolor tan grande, yo entendí, en el cuerpo, que la poesía era lenguaje, hizo todo crac. O sea, que el dolor podía expresarse a través del lenguaje. Escribió.

Querida Yolanda, sé que sigues escribiendo desde el cielo y que nos sonríes desde cualquier rincón entre nubes; nosotros aquí nunca te olvidaremos y siempre te leeremos y recordaremos como la que fuiste: un continuo elixir de amor, sabiduría y elegancia. Te queremos mucho.

Me he quedado sin palabras desde la aparición de la noticia de la pérdida de Yolanda. Esta mañana, desde esta isla mediterránea, con un profundo afecto, deseo solo agradecerle su sonrisa, su entusiasmo, su sabiduria y su acogida en su isla atlántica desde mi primer congreso académico, con 25 años, en Las Palmas. ¡Gracias de corazón!

Querida Yolanda, todos los Firguenses nos sentimos orgullosos de que hayas llevado con Elegancia, Humildad y Sabiduría el Título de ! Hija Adoptiva de La Villa de Firgas !. Que suerte para La Villa del Agua, que en tu infancia y juventud pasabas casi todos los veranos paseando por las calles de nuestro Pueblo, junto a tu familia, amigas y jóvenes Firguenses. Por ser una mujer Expresiva, Adorable, Cariñosa y por tu Generosidad y Nobleza, siempre los vecinos y vecinas del Municipio de Firgas, te vamos a Recordad y sobre todo los que tuvimos la inmensa fortuna de conocerte, seguiremos tus buenos Concejos, para conocer la Obra Literaria de Don Benito, como a ti te gustaba llamarle a nuestro querido Benito Pérez Galdós.
( Hasta Siempre Querida Yolanda )
Villa de Firgas, a 22 de Abril de 2.025

Con la pena de que ya no tengamos a Yolanda con nosotros, me alegra compartir con amigas y amigos el recuerdo de tantos buenos momentos que hemos vivido con Yolanda, personalmente y a través de sus escritos. Su amistad, su cordialidad y la ayuda a la que siempre estaba dispuesta hace que el pasado no se olvide.
Con mis mejores deseos y cariño para Yolanda
Ana

Gracias.
La primera palabra que oí a Yolanda fue "gracias". Formaba parte de mi tribunal de tesis, galdosiana de tema y de tribunal. Era el verano del 2000, en el edificio madrileño de la árida Complutense, su voz temblaba, pero era yo la nerviosa, a quien calmó su generosidad, con palabras afectuosas para todo y para todos. Al finalizar el acto, se acercó a refrendarme lo mismo que había dicho desde la tribuna, ahora, menos protocolariamente, y a darme su contacto para hacer efectivos sus generosos ofrecimientos. Conservo el tarjetón, que desde aquel día doblé, convirtiéndolo con cariño, en una especie de carpeta donde guardar anotaciones galdosianas. En él se leen, en esquema, los comentarios a mi tesis. Lo veo desde hace veinticinco años, cada vez que vuelvo a Galdós: en grande, lo primero que Yolanda indicó Yolanda que debía decir en aquel acto era "Gracias"; aquel extenso gracias para todos y por todo en que le vibraba la voz.

Ese gracias era un gesto, que, con los años, le reconocí habitual. Siempre dispuesta al reconocimiento de las bondades ajenas que, si a alguien ilumina, era, sobre todo, a ella, incapaz de dejarse contagiar de mezquindades y negar virtudes. Hasta cuando era ella quien se daba, daba las gracias.
Gracias, Yolanda.

Conocí a Yolanda en mi primer congreso internacional en 1990. Ella fue ubicua, participó en varias mesas y otras actividades. En todos los congresos posteriores fue lo mismo. Ella era la fuente de inteligencia, energía y hospitalidad que ha sido la característica de estos frutíferos encuentros. Desde 1990 Yolanda Arencibia Santana ha alumbrado mi camino galdosiano. Estoy profundamente agradecido. En 1990 yo tenía cuarenta y cinco años. Acabo de cumplir ochenta. En una conversación en el último congreso en 2022 tocamos los temas de la vejez y la muerte. Al leer la nota sobre su fallecimiento me sorprendió aprender que ¡me llevaba cinco añitos! Vaya, nunca lo hubiera creído. Su vitalidad era siempre joven y nos rejuvenecía en cada congreso. Hagamos que ese espíritu siga guiándonos.

Estimada familia Arencibia:

Con gran pesar deseo expresarles mi más profundo pésame por el sentido fallecimiento de Yolanda Arencibia Santana, una figura excepcional cuya ausencia representa una significativa pérdida para el ámbito académico y cultural, no solo de Canarias, sino de todo el Estado, así como para todos quienes tuvieron la inmensa fortuna de conocerla y aprender de ella.

La contribución de Yolanda al estudio literario, particularmente en torno a la figura y obra de Benito Pérez Galdós, ha dejado un legado académico de incalculable valor. Su investigación rigurosa y apasionada ayudó a proyectar internacionalmente la relevancia del autor canario, enriqueciendo notablemente nuestra comprensión histórica y cultural. La
claridad y profundidad con las que transmitía sus conocimientos han inspirado y continuarán motivando a las futuras generaciones de hombres y mujeres estudiantes e investigadores, que dedican su vida al estudio y promoción de nuestra rica historia literaria y cultural.

Como primera Catedrática de Filología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y en su rol como directora de la cátedra Pérez Galdós, Yolanda desarrolló una labor educativa e investigadora pionera, marcando un antes y un después en los estudios galdosianos. Su compromiso constante con diversas instituciones culturales y educativas refleja una trayectoria caracterizada por una notable dedicación, integridad académica y un profundo
amor por la cultura y el conocimiento.

Pero, más allá de su distinguida carrera profesional, Yolanda destacó por su notable calidad humana. Su trato generoso, su disposición a compartir conocimientos y su capacidad de inspirar con su ejemplo cotidiano reflejan la dimensión profundamente humana que
caracterizó toda su vida. Su presencia cálida y alentadora permanecerá viva en la memoria colectiva de quienes tuvieron el honor de interactuar y aprender directamente de ella.

Reconozco plenamente que ninguna expresión puede mitigar completamente el dolor que implica su pérdida, pero deseo manifestar mi cercanía y solidaridad en estos momentos difíciles.

El legado de Yolanda continuará siendo una fuente de inspiración académica y personal, alentándonos a preservar su memoria y a honrar su valiosa aportación cultural.

En esta etapa de duelo y reflexión, acompaño a toda la familia Arencibia, a su viudo, Daniel Roca, e hijos en el recuerdo afectuoso de una mujer excepcional que dejó una marca
indeleble en nuestras vidas y en el mundo cultural y académico.

Afectuosamente, con mi más sincero respeto y solidaridad.

Estimada Yolanda, creo que de ti puede decirse aquello de "genio y figura..." Tu genio: vivo, despierto y atento; y tu figura: sonriente, cálida y acogedora.
Has sabido crear un vínculo entre los galdosistas de diversos lugares. Y ese vínculo permanece.
Allá donde estés, te doy las gracias y te envío un fuerte abrazo.

Guardo entre los libros de mi biblioteca la estupenda biografía de Galdós, muestra de los extraodinarios conocimientos culturales de la Prof. ra Yolanda Arencibia. Con este gran consuelo, voy a calmar la pena de ho haber podido conocer en vida a tan esclarecida maestra.

Recuerdos
Recuerdo la primera vez que conocí a Yolanda, cuando vino a Sheffield como asesora del Proyecto Galdós hace unos 29 años. Rebosaba de entusiasmo, de energía, y de amabilidad.
Recuerdo su cálida bienvenida cuando visité Las Palmas por primera vez y asistí al VI Congreso Galdosiano en 1997. Estaba muy nerviosa y ella me inspiró confianza.
Recuerdo lo mucho que me impresionaban sus conocimientos culturales, su magnitud intelectual, su capacidad de alentar a otros (y su elegancia al vestir).
Recuerdo cómo inspiraba a todos y especialmente a la nueva generación de investigadores, incluido a mi hijo, Rhodri. Recuerdo lo mucho que él apreció las palabras alentadoras de Yolanda después de su primera comunicación en Las Palmas y cómo ella sigue inspirándole a aprender más sobre la cultura canaria.
Recuerdo cómo cantaba con alegría después de la comida de clausura del último Congreso. (Mi último recuerdo de ella, pero uno de los más bellos.)
Sé que la echaremos mucho de menos. Es imposible concebir asistir a otro Congreso sin verla.
El mundo se ha oscurecido pero su luz nunca se apagará en nuestros recuerdos.
Gracias por todo, Yolanda, por tu apoyo imprescindible, tu generosidad y tu sabiduría.
Besos y ¡viva Galdós!

Yolanda Arencibia figura entre nuestros grandes galdosistas. A ella se deben numerosas publicaciones y la ultima biografia de Don Benito, cuya presencia mantenía viva en Canarias. ios conocimos en Canarias y luego tuve ocasión de tratarla en sus visitas a Santander, La recuerdo en sus visitas a Santander, con su presencia cálida y optimista.

Echaremos de menos tu vitalidad, tu sabiduría y…¡tu sonrisa!

Hubo una parte importante de mi vida en que mi estancia en Canarias fue casi constante. Allí realicé un periodo docente, allí comencé a estudiar a Galdós, allí entablé grandes amistades, allí conocí a Yolanda. Me vinculé a la Casa Museo, colaboré en los numerosos encuentros científicos que ella organizaba, y en todos los proyectos que capitaneó. Allí me divertí mucho y mi unión con ella fue indeleble. Siempre que estaba en Madrid venía a verme, y ahora estés donde estés, seguimos juntas y unidas en mi pensamiento.